La gran G, no es otra que la G de Google. Ese buscador, que se ha convertido tras unos años en un gigante tecnológico y que acapara la gran mayoría de las búsquedas que los internautas realizan a diario en cualquier parte del mundo. En casi todos los países (solo hay contadas excepciones donde no sucede) Google es el buscador más utilizado con unas cifras que muestran que su dominio es indiscutible (al menos por ahora).
Todo eso ha llevado a Google a convertirse en el gran referente. Todo el mundo usa Google para buscar, por lo tanto todo el mundo que quiere promocionarse quiere aparecer en Google y cuanto mejor sea su posición mejores serán los resultados obtenidos. De ahí surgió lo que se conoce como SEO, Search Engine Optimization (o más coloquialmente, optimización para los motores de búsqueda) una serie de estrategias analíticas que tratan de lograr que posicionemos nuestra página lo mejor posible dentro de los resultados de los diferentes buscadores (una vez más, casi todo el mundo se preocupa de lo que Google dice más que lo que pueda suceder en otros buscadores). Este era el que se conocía como posicionamiento orgánico, el que se suponía era el objetivo real de Google.
Y es que Google nos hizo creer a todos que lo que le preocupaba realmente era que los resultados fuesen lo más «ajustados» a lo que el usuario quería. Es más, ofrecía herramientas como Google Analytics donde uno podría comprobar si sus estrategias SEO estaban funcionando para aquellas keywords (o palabras clave) que interesaban a esta o aquella compañía. Google parecía mostrar su lado amable y todo el mundo haciendo caso de la lógica y siguiendo sus consejos podría obtener los resultados esperados.
Pero hay otra cara… ¿más oscura y tenebrosa?
Y así, poco a poco todo el mundo se ha ido haciendo cada vez más dependiente de Google. Y Google de paso ha ido obteniendo unos ingresos cada vez mayores. Así que ¿todos contentos? Parece que no del todo… Google parece que necesita exprimir aún más los beneficios que obtiene con sus herramientas y las cosas podrían empezar a cambiar.
Quien es el guapo a estas alturas que piensa que puede subsistir sin Google… si si, las redes sociales pueden ayudarnos en cierta medida, pero, ¿son una alternativa real al buscador? Sin lugar a dudas, el buscador de Google es una herramienta que, de no existir, haría que Internet posiblemente no fuese lo que es a día de hoy.
Pues bien, Google es consciente de ello y sabe que muy posiblemente pocos pueden escapar de su red, tejida de forma sutil, pero que ahora llega a todos los rincones. Así pues, con esa idea parte de una posición más que ventajosa frente a los usuarios. Y es que está bien que ofrezca gran parte de sus servicios de forma gratuita y que millones de personas en todo el mundo puedan utilizarlos, pero en su buscador aparecen empresas que tratan de hacer dinero aprovechándose de su servicio gratuito. ¿Acaso no tiene derecho Google a obtener rendimiento de ello?
Y es que en los resultados de las búsquedas, gracias al posicionamiento orgánico que anteriormente mencionamos, aparecen enlaces a muchas páginas de compañías que intentan obtener tráfico a sus sitios webs y posiblemente generar ingresos vendiéndoles productos, servicios o mediante el visionado de publicidad (que curiosamente en muchos casos lo ofrece la misma Google a través de su programa AdSense). Esos resultados orgánicos, obtenidos de forma gratuita gracias a las estrategias de SEO, se mezclan con los que proceden del posicionamiento de Pago (o también conocido como SEM) de los clientes de Google que si pagan para aparecer en los resultados.
A fin de cuentas es una empresa
Y no lo olvidemos, Google a fin de cuentas no es sino una empresa más. Una empresa que trata de obtener unos beneficios en base a sus servicios. Así pues, parece que en el universo del gran buscador, se está forjando una nueva etapa. Una etapa donde el SEO va a ir perdiendo importancia paulatinamente. Google quiere contenidos de calidad, pero si te sobreoptimizas (¿alguien sabe cuando sucede eso realmente?) al final podría penalizarte, invitándote a hacer uso del SEM (posicionamiento de pago) como estrategia que si contribuya a generar tráfico hacia tu página web.
Así pues nos encontramos ante un escenario delicado. Google tiene ahora un gran control sobre el mercado de las búsquedas y de loco podría ser tachado el que se aventure a intentarlo sin su beneplácito. Los expertos en SEO emplean las herramientas que la propia Google ofrece con la confianza de que eran las más precisas (cosa incuestionable pues está revelando los propios datos que se recogen en su buscador). Así poco a poco herramientas de terceros eran dejadas de lado o fagocitadas por la propia Google. Google ha ofrecido gentilmente consejos sobre como mejorar en los resultados de búsqueda ¿o más bien de lo que quieren para ponerles las cosas más fáciles a su buscador? Y por tanto, casi todo lo que gira en torno a las búsquedas está bajo su control de una forma u otra…
Pero como decíamos, Google es una empresa y también espera obtener unos beneficios de todo esto. ¿Acaso pensabais que eran las hermanitas de la caridad? Así poco a poco se observan cambios que hacen pensar que Google está pensando en como sacar más tajada de todo el ecosistema que ha creado y que de forma tan sutil nos ha ido imponiendo a todos. De esta forma, ahora en herramientas como Google Analytics, el término más utilizado para llegar a las diferentes páginas es el ingrato «not-provided». Los expertos en SEO ven como ahora Google les pone una venda en los ojos que va tapándolos poco a poco… aunque eso si, deja entrever que si se pone sobre la mesa dinero podría apartar esa venda y devolver lo que hasta ahora era su herramienta de uso diario.
Por tanto…
Está claro que no se puede criticar a Google por un movimiento de este tipo. A fin de cuentas es una empresa y además proporciona herramientas muy útiles y de gran calidad. La cuestión es que los que quieran llevarse bien con el buscador es fácil que la mejor forma la encuentren en los modelos de pago que ofrezca el buscador. Los que no quieran pasar por caja lo tendrán, posiblemente, cada vez más complicado (aunque seguramente no imposible) y por tanto hay que adaptarse al nuevo escenario que se plantea.
¿Quien quiere buscar un nuevo camino en la jungla si Google ya ha abierto uno para todos? Ahora bien ¿Es justo que Google quiera cobrar por ese camino?