Durante años el concepto de la nube para mucha gente ha sido el de algo totalmente gratuito, pero los movimientos de los últimos tiempos van mostrando la nueva realidad de la nube para muchos. Y la gratuidad empieza a ausentarse en la ecuación.
¿Quién no tiene un email de gmail, o de outlook? ¿quién no almacena sus fotos y/o archivos en Google Drive, OneDrive o iCloud? ¿Quien no hace la copia de seguridad de su dispositivo móvil en la nube?
Seguro que casi todos en mayor o menor medida, hemos usado (y seguramente usemos) alguno de estos servicios. Servicios en la nube que han venido siendo gratuitos … ¿o acaso lo eran? Desde hace unos meses, Microsoft ha decidido limitar las cuentas gratuitas de su popular servicio de correo Hotmail de forma que los archivos adjuntos de los correos contabilicen a efectos de capacidad en OneDrive. De esta forma esos archivos en lugar de contabilizar dentro de la capacidad del servicio de correo, cuentan como parte del almacenamiento de OneDrive, el cual tiene un límite en la capacidad de 5GB únicamente.
Y esto crea una paradoja, pues frente a los 15GB que tiene el correo, aunque intentemos usar para enviar un email sin adjuntos nos da primeramente un aviso.
Y luego nos dice que no lo podemos enviar sin resolver el problema de almacenamiento.
Así pues, llegamos a lo de siempre, ahí están raudos en ofrecernos la alternativa de pago para solucionarnos nuestros problemas.
Y hablamos del caso de Microsoft con sus cuentas de Outlook porque es el más reciente de entre los grandes, pero ya en su momento Google aplicó cambios similares como el fin del Google Fotos de forma ilimitada (aunque habían anunciado que sería gratuito de por vida). La cuestión es que parece que progresivamente se van a subir a ese carro muchos de los grandes servicios en la nube que hasta ahora veníamos usando de forma totalmente gratuita. Así pues, hay una tendencia a que los servicios de la nube se conviertan en servicios de pago.
Apple siempre fue un poco más clara con esto. Su política no ha cambiado y refleja la realidad de la nube, que nunca fue 100% gratuita. Se podía ofrecer una pequeña cantidad de espacio para los servicios básicos mientras que quién necesite más tiene que pagar por el servicio.
Quizás la idea fue acostumbrarnos, hacer que nos volviésemos dependientes de la nube, para llegado el momento empezar a cobrar por los servicios. En ese caso, la percepción de gratuitidad a corto plazo no era la realidad de la nube, que al final se acaba cobrando su peaje. O quizás simplemente ha sido una necesidad de hacer sostenibles económicamente estos servicios. Porque detrás de ellos hay unos importantes gastos de mantenimiento, que quizás no se podían alcanzar a sufragar con los pagos que hacían los usuarios «premium».
Habrá gente que dará el salto a las versiones de pago, otros se caerán por el camino para buscar otras alternativas gratuitas… Pero para este segundo caso ¿hasta cuando? Porque quizás lo que hoy es gratuito, buscando atrapar a la gente descontenta con los últimos cambios, mañana puede que también se convierta en un servicio premium. Y los casos de los que hablamos aquí son solo una pequeña punta del iceberg (o una muy grande, porque a fin de cuentas son los principales servicios), pero a lo largo de los últimos años se han visto muchos de estos movimientos, de servicios gratuitos, que pasaban a freemium y finalmente a servicios de pago.
Sin lugar a dudas la nube, no fue, ni es gratuita. Eso si, ahora parece que cada vez más, los servicios freemium empiezan a limitarse para dar prioridad a los de pago.