Como Quake y la constante necesidad de actualizar nuestros equipos informáticos

¡Tienes que cambiar el ordenador! ¡Ese ordenador ya está viejo! ¡Que móvil tan antiguo! ¿Quién no ha escuchado esto alguna vez cuando se trata de equipos informáticos o móviles? Y si bien a veces, esas afirmaciones pueden ser muy ciertas, quizás debería plantearse un poco este mundo de la tecnología, y hay un juego antiguo, Quake que podría darnos alguna lección.

Leer más: Como Quake y la constante necesidad de actualizar nuestros equipos informáticos

Quizás a muchos no os suene ese juego: Quake; pero para los fanáticos de los ordenadores y los videojuegos es todo un clásico. Juego que data de 1996 y que por supuesto, ha ido teniendo secuelas. Pero aquí no venimos a hablar del juego en sí, sino de algo que podría enseñarnos de forma indirecta. Y es que este juego es famoso hoy en día, porque muchas personas buscan la forma de hacer que funcione en los lugares más insospechados: que si en el bloc de notas, en la bios, en un reloj…

Y si nos fijamos un poco, en esos casos se consigue hacer que el juego funcione con unos recursos limitados. Es casi como una carrera por hacer que corra con el mínimo de recursos posible. Para ello, hay que optimizar mucho código, debanarse los sesos para hacer que todo funcione, pero como se va viendo… se puede hacer.

Y ahí, podría estar la lección que sería bueno trasladar al mundo de la tecnología. Un mundo, donde la solución casi siempre pasa por un: «añade más«. Que los programas van lentos, pues es que necesitas más memoria RAM, que sigue sin resultar, un procesador más rápido… ¿ya hemos hablado de una tarjeta más potente? Por cierto, que las tarjetas gráficas han pasado por un periodo, donde ellas solas valen tanto o más que lo que podía costarte un ordenador «potente» hace un tiempo (y su potencia también aumenta). Como veis, es todo un más, más, más

También a veces, resulta que nuestro dispositivo, de buenas a primeras se ve limitado porque ya no se actualizan los programas, siempre con el argumento de que el hardware que tenemos ya no sirve para ejecutarlos. Y de nuevo, toca pensar en el cambio, en esa idea de que necesitamos algo más nuevo… y nada, nos toca desechar lo antiguo para abrazar lo nuevo, más y mejor siempre.

La basura electrónica que se genera en el mundo no hace sino seguir creciendo, y es uno de los mayores problemas de cara al medio ambiente a los que se enfrenta nuestra sociedad. Y la filosofía anteriormente planteadas, del más y del desechar lo antiguo, no es precisamente una forma de luchar en su contra. Lo cómodo y fácil es seguir esos caminos, pero como decíamos al principio, el caso del juego Quake puede decirnos que hay otro camino, el de la optimización.

Si los programas y los sistemas operativos se optimizasen de forma constante se podría conseguir que muchas de las tareas que hacemos a diario con nuestros dispositivos tecnológicos siguiesen siendo posibles en equipos con cierta antigüedad y con recursos más limitados. ¿Acaso ha cambiado tanto el hecho de visitar una página web para consultar una información como para que necesitemos ordenadores con unos recursos que al mismo tiempo nos dicen que permiten hacer nosecuantasmils cosas?

Una de las primeras cosas que personalmente me gustan hacer nada más coger un ordenador es optimizar su sistema operativo, quitando cosas que en general no se usan y optimizando así sus recursos. Se trata de un proceso que reviso en cuanto un ordenador pasa por mis manos, y en algunos casos, aunque el equipo parecía abocado a una actualización del Hardware, puede llegar a conseguirse resultados bastante interesantes en cuanto a la mejora del rendimiento. Una demostración de que si se optimizase más, podría mejorar la cosa de cara a los usuarios (que no necesitarían tanta actualización) y al medio ambiente (ya que al no tener que actualizar con tanta frecuencia, no habría tanta basura electrónica). Eso si, habrá voces que digan que eso perjudica al mercado, que no se venderían tantos ordenadores, que los programas esto… Quizás tenga algunas consecuencias, y si, se venderían menos ordenadores, pero es que quizás no podamos permitirnos (como planeta) seguir a un ritmo como el que llevamos. Por supuesto, haría falta que la industria del software en general trabajase en esa línea, de buscar más la optimización y alejarse un poco de esa huida hacia adelante. Los puestos de trabajo de muchos programadores pueden derivarse a esa tarea de optimización de una forma más intensiva, y no tanto a diseñar nuevos programas o servicios que consumen mucho más…

Quake ha demostrado que si se optimiza, se pueden conseguir resultados. Y si se llevan al software en general, podríamos vernos todos muy beneficiados. Por supuesto, hay muchos matices y lo expuesto aquí es solo una aproximación superficial, pero la idea esta ahí. Habrá que plantar la semilla que permita hacer que no solo el hardware sea cada vez más verde, sino que un software bien optimizado también puede aportar su granito de arena.