Lo que internet te da, internet te lo quita

Un largo tiempo desde la última vez que publicamos algo en nuestros blogs. Y volvemos con una pequeña reflexión sobre todo lo que supone trabajar con herramientas online, especialmente cuando estas nos pueden dejar de lado.

Corren tiempos convulsos para Twitter, que se encuentra en una situación que podríamos calificar como poco de «inestable». Seguro que hace un par de años que Twitter nadie se planteaba la posibilidad de que la red social del pajarito se encontrase en una situación como la que está. Y ni mucho menos el plantearse como se está planteando el ¿fin? de la red social.

Internet está llena de colosos que parece que nunca van a caer, pero que, sin embargo, no están exentos de que puedan llegar a un fin (precipitado o anunciado, eso ya es otro asunto). Y no solo se trata de que haya colosos que puedan llegar a caer, sino que también hay servicios más pequeñitos que pueden desaparecer o no llegar a ese punto, pero pueden cambiar las reglas y jugarnos una mala pasada.

¿Acaso no fue Google la que anunciaba hace años almacenamiento ilimitado de por vida para nuestras fotos en su nube? ¿Y no fue la misma Google la que el año pasado acabó por cambiar las reglas del almacenamiento de Google Fotos y ahora muchos usuarios se ven abocados a prescindir de ese servicio o a pagar un extra por él?

Así es, debemos ser muy conscientes de que cuando estamos usando algún servicio en la nube, es eso, un servicio. Uno cuyas reglas y condiciones pueden cambiar, o que en algún momento puede finalizar. Así pues, debemos ser siempre conscientes de esta circunstancia y planificar bien que servicios utilizamos y cuales son las posibles alternativas. A veces, no hace falta que nos cierren (o desaparezca) un servicio, sino que basta con que cambien sus condiciones (por ejemplo una subida del precio, o un recorte de las prestaciones) para que dicho servicio pueda pasar de ser imprescindible para nosotros, a convertirse en un problema con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día.

¿Acaso pensabáis que todo el monte es orégano? Los servicios gratuitos y con funciones estupendas, suelen tener también alguna contrapartida. A veces, una recopilación de datos que podría ir en contra de las políticas de protección de datos de la que no somos consciente y que un buen día podría convertirse en un quebradero de cabeza. Y no solo eso, un día decidís cambiar vuestro almacenamiento en la nube a otro que os convence más, pues bien, prepararos para la ingente tarea de intentar hacer el proceso de una sola vez (que todo va mucho más fluido cuando se hace poco a poco, pero hacerlo a las bravas puede ser una auténtica tortura).

Internet y sus muchos servicios nos brindan muchas posibilidades, pero cuidado no dependáis demasiado de ninguna sin tener alternativas, o quizás os veáis en algún atolladero.

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