Cada vez es más raro que aquellos proyectos de venta online, no estén también presentes en alguno de los grandes marketplace existentes (vease Amazon). Pero ¿es tan bueno o malo como pueda parecer?
El comercio electrónico es uno de los grandes motores de internet, y en su epicentro se han colocado los grandes marketplace como punto de presencia casi obligada. Y es que dicen eso de «si no puedes con tu enemigo únete a él». Y es la realidad para cada vez más proyectos de comercio electrónico
Si hacemos una analogía al mundo convencional, estaríamos ante la irrupción de los grandes centros comerciales, que pusieron en jaque al pequeño comercio. En el mundo online estamos viendo un fenómeno con los marketplace.
A favor de los marketplace
Está claro que estos marketplace tienen un claro beneficio y sería el poder llegar a un público mucho mayor. De hecho, esa es la clave de los marketplace, que tienen un alcance realmente grande y eso es lo que los hace atractivos, tanto para los usuarios que pueden encontrar mucha oferta como para los vendedores, que tienen a muchos potenciales compradores.
También, está el hecho, de que esos marketplaces, permiten iniciarse en la venta online, sin grandes requisitos ni desarrollos. Simplemente hay que abrirse una cuenta, incluir nuestros productos en sus herramientas y podremos iniciar la venta en unos pocos clicks. Y todo eso sin tener que preocuparnos ni siquiera de los sistemas de pago ni nada relacionado, eso es todo responsabilidad del marketplace. Nosotros nos encargaremos de suministrar los pedidos recibidos y poco más.
El lado oscuro
Pero, no todo iban a ser bondades… no todo lo que reluce es oro, y con los markeplace como con otras tantas cosas, sucede un poco lo mismo.
Porque, si el alcance de los marketplace es muy grande (es su clave de negocio precisamente), pero al mismo tiempo hace que al igual que nosotros haya otros muchos vendedores, y todos ellos rivalizando entre sí, a unos pocos clicks o píxeles de distancia. La rivalidad es feroz y por tanto se inicia el complicado proceso de captar la atención de los posibles compradores dentro de un entorno, donde en principio todos los vendedores tienen los mismos recursos a su alcance.
Otro efecto colateral de los marketplace, aunque menos evidente, es el hecho de que si tenemos nuestra propia tienda online, a día de hoy se complica enormemente diferenciar precios entre plataformas. Es más, hoy en día a la gente puede llegar incluso a resultarle sospechoso un precio inferior en nuestra tienda online que en, pongamos por ejemplo Amazón. Esto implica que nuestra estrategia de precios quedará muy ligada a los precios del marketplace. Con esto, muchos usuarios podrían acabar por decantarse por una compra en el marketplace en lugar de en nuestra tienda online, y no podemos olvidar que la venta en el marketplace tendrá comisiones adicionales (que no tendríamos en nuestra tienda online), así pues mucho ojo.
Entonces ¿Amigos o enemigos?
Pues, visto lo visto, parece que más bien se trata de amigos forzosos. Debemos recurrir a ellos porque ellos han hecho de los motores de búsqueda su dominio, y entrar a competir directamente contra ellos nos será más caro y complicado que llegar a esa «alianza forzosa». Aún así, no debemos descuidar nunca nuestras propias plataformas, si conseguimos afianzarlas y fidelizar a los usuarios estaremos un paso más cerca de poder poner fin a esas alianzas forzosas que hoy en día tanto funcionan en itnernet.