En el mundo de Internet la gran mayoría de los negocios se centran en un objetivo que no es otro que el de atraer tráfico a sus correspondientes páginas web. La razón que los expertos arguyen para centrarse en la atracción de tráfico es que en el mundo online la tasa de conversión (es decir que un visitante se convierta en cliente) es muy baja de en torno al 3% de media.
Sin embargo, si pensamos en un negocio físico, pensar en tasas de conversión del 3% supondría el cierre inmediato. Cierto es que en el mundo online, al tener unos costes mucho más reducidos se puede soportar vivir con unas tasas de conversión tan bajas, pero ¿acaso no se están matando moscas a cañonazos? No sería mucho más rentable centrarse en lograr tasas de conversión más elevadas.
Así pues, en lugar de centrarse únicamente en la atracción de tráfico a las webs (que tampoco es malo) deberíamos dedicar un cierto esfuerzo a mejorar ese porcentaje de conversión en nuestra página. Recomendar productos destacados, usar sugerencias basadas en la información de nuestros usuarios y otra serie de estrategias deben aplicarse con el fin de alcanzar ese objetivo de mejorar la conversión web y así lograr unos mejores resultados.