¿Cuantas veces os habéis encontrado un enlace que os llevaba a un sitio que ya no existe? Seguro que más de una y de dos. Internet es una criatura en constante cambio y de ahí que los enlaces rotos sean una realidad con la que convivir. Pero debemos ser cuidadosos si no queremos que estos perjudiquen a nuestra página web.
Cualquiera que se haya encontrado con un enlace roto sabe lo frustrante que es, hacer click en un enlace que esperas te lleve a un sitio y que al final te devuelva una página de error. Ese «Lo sentimos, página no encontrada» es como un callejón sin salida en el fluir de la navegación y los estudios demuestran que es algo que desagrada a los usuarios.
Como decíamos en la introducción, los enlaces rotos son casi una constante en Internet. Y es que no podemos olvidar que Internet es un lugar dinámico. Las páginas aparecen y desaparecen. Es más, algunos estudios dicen que la vida promedio de una página es de 100 días, así que teniendo eso como punto de referencia, podemos imaginarnos que la cantidad de enlaces que se convierten en enlaces rotos a diario es inmensa. Si a las páginas que desaparecen les unimos los cambios en las estructuras de las páginas, que no siempre son bien gestionados con sus correspondientes redirecciones, estamos ante una problemática aún mayor.
No es culpa nuestra, pero…
Y si bien nosotros no somos los culpables de encontrarnos con esos enlaces rotos en nuestra página, si somos los perjudicados. Porque el usuario que entra en la página no piensa todo lo anterior. Es por eso, que deberemos ser nosotros los que por nuestro propio interés tengamos cuidado con los enlaces rotos.
¿Como afrontar el problema de los enlaces rotos?
Lo primero que tenemos que hacer es saber que enlaces rotos tenemos en nuestra página. Para ello existen varias herramientas: Broken Link Checker o Screaming Frog SEO Spider son dos alternativas para realizar un análisis de nuestro sitio web en búsqueda de esos enlaces rotos. Si usáis WordPress como CMS también podéis hacer uso de un plugin como es Broken Link Checker. Porque, a menos que vuestro sitio tenga solo un puñado de enlaces, la labor de rastrear todos y cada uno de los enlaces de forma manual es totalmente inviable.
Una vez identificados, deberemos corregir los enlaces buscando los nuevos enlaces que correspondan, o en los casos en que se trate de servicios discontinuados anularlos e indicar a los usuarios en una nota que el servicio ya no está disponible. Porque si, a poco que vuestro sitio web perdure, os iréis dando cuenta que otros no tienen la misma suerte, y por el camino desaparecen. Y las grandes compañías son muy propensas a crear y eliminar servicios a su antojo, con lo cual el baile de enlaces es constante.
Si estamos ante un enlace interno roto, deberemos ser aún más rápidos en la solución. Sin duda la imagen que damos teniendo un enlace interno roto es más bien de dejadez.
También podemos aprovechar los enlaces rotos
Pero no hay mal que por bien no venga dice el refran. Y los enlaces rotos no son una excepción. Cuando encontramos enlaces rotos podemos aprovechar la ocasión para revisar nuestros contenidos. Si nos encontramos con que un determinado servicio/producto al que enlazabamos ya no existe no estaría de más buscar una alternativa y redactar un nuevo artículo al respecto.
También podemos emplear el rastreo de enlaces rotos en páginas externas que puedan tener una temática relacionada con la de nuestro sitio web. Si haciendo la revisión encontramos que tienen un enlace roto a algún producto/servicio que nosotros también podemos ofrecer, podemos ponernos en contacto con ellos y ofrecerles el cambio del enlace. Teniendo en cuenta que lograr enlaces de otras páginas es una tarea cada día más complicada, esta estrategia puede ser una buena opción.
Lo que está claro, es que tratar con los enlaces rotos es una tarea más, que de hacerla adecuadamente se puede incluso aprovechar más allá de pensar que es una simple labor de «sanear» nuestra página web.