El emailing consiste en enviar un correo electrónico a nuestros contactos, y en el caso de una empresa se trata de una de las vías más importantes de comunicación con sus clientes. Pues bien, aunque pueda parecerlo, el emailing es más que mandar un correo electrónico como lo haríamos habitualmente. Así pues vamos a ver por qué deberemos tener en cuenta algunos detalles adicionales, aparte del evidente límite del proveedor de correo que evite que nuestra cuenta sea marcada como spammer.
Primer objetivo, no ser convertido en Spam
Bien, ya hemos comentado, nuestra primera preocupación debe ser poner todos los medios posibles para evitar que nuestros emails sean marcados como spam. Así pues, el primer paso es tener cuidado con los límites de envió de nuestro servidor, pero el siguiente paso se da cuando el email lo recibe nuestro destinatario.
Y es que una vez le llega (si logramos superar también los filtros de su servidor), es el cliente final el que tiene que no marcar nuestros emails como Spam. En caso que el cliente final lo marque como Spam ya si que no habrá forma de lograr que ese cliente abra nuestros mensajes, podremos darlo por perdido para siempre.
¿Que debemos hacer?
Lo primero de todo, no limitarnos a crear un mensaje genérico donde cambiamos un par de cosas y lo reenviamos de forma masiva. Tenemos que preocuparnos de crear algo que desde el primer momento atraiga al cliente y que logre una interacción. Por tanto, nuestro primer punto a tener en cuenta será ponerle un título que logre captar la atención del destinatario y lo más importante… que lo abra.
Una vez abierto, el contenido debe estar adecuadamente diseñado para ser visualizado correctamente tanto en un ordenador de sobremesa como en un móvil para adaptarnos a los múltiples dispositivos con que hoy en día pueden contar los usuarios para ver su correo electrónico. Es más, en el caso de los emails, es muy importante tener en cuenta la visualización móvil, puesto que los dispositivos móviles son un recurso muy recurrente para la tarea de visualizar el correo electrónico. Se aprovechan los tiempos muertos para acceder desde el smartphone, y si bien en muchos casos se suele limitar a una «limpieza» de la bandeja de entrada, en caso que el destinatario abra el mensaje, este debe estar bien preparado para ofrecer una adecuada experiencia y evitar así que pueda acabar siendo enviado a la papelera.
Necesitamos planificar
Por tanto, nuestro objetivo sin duda es que el destinatario lo lea y quizás aún más allá, que realice una interacción (visite un enlace, responda, …). Por tanto deberemos que buscamos y por tanto, quizás debamos realizar una criba previa de a que usuarios vamos a destinar nuestro email. Quizás no todos los contactos de nuestra base de datos sean los adecuados para un mensaje dado, en cuyo caso deberemos evitar enviar un mensaje a alguien que de ninguna forma pueda estar interesado. Tendremos por tanto que hacer un trabajo previo de segmentación de contactos para lanzar el mensaje adecuado a las personas adecuadas.
Conclusiones
Está claro, que el emailing (o marketing por email) es una de las formas más claras de mantener una comunicación con nuestros clientes, al tiempo que podemos promocionar nuestros productos o servicios. Y una campaña de emailing sigue siendo una de las formas más rentables de promocionar esos productos o servicios. Por tanto deberemos realizar una adecuada planificación y evitar caer en errores que puedan hacer que nuestros emails sean considerados como molestos por parte de los destinatarios, lo cual podría suponer un duro impacto en la imagen de la empresa.