A medida que han ido evolucionando los sistemas operativos, algunas cosas han ido adaptándose y otras han permanecido prácticamente inmutables. En unas ocasiones, lo que no cambia no es porque no haya algo mejor sino porque los usuarios están tan acostumbrados a una determinada forma de trabajar, que cambiar dicho patrón se hace relativamente complicado.
Así sucede con las contraseñas de inicio de sesión en los sistemas operativos, que durante mucho tiempo no han sido más que una combinación de letras y números que se insertaban en la pantalla de inicio, para permitir empezar a utilizar el ordenador. Pues bien, esto está cambiando, ya hay otras formas de crear una contraseña para iniciar sesión y los nuevos sistemas operativos están empezando a ofrecerlas, con la intención de que los usuarios cada vez más, hagan uso de esas nuevas posibilidades.
Android ya hace uso desde algún tiempo de una función de reconocimiento facial para permitir el inicio de sesión en los dispositivos gobernados por el sistema operativo, y el uso de la imagen para iniciar sesión llega también ahora de la mano de Windows 8. En este caso, se combinaría una imagen estática con una combinación de hasta tres gestos (tomando como base dicha imagen) que son los que nos permitirán iniciar sesión. Las combinaciones pueden ser infinitas y por tanto mayor será la seguridad de nuestro equipo empleando este sistema de autenticación. Es un pequeño paso más allá de la interpretación de un patron de movimientos que ya incluye Android, ya que este sistema se basa en nueve puntos, sin embargo en la solución de Microsoft tenemos un sinfín de posibles combinaciones haciendo de este sistema más seguro.