Cada vez se impone más el protocolo HTTPs en la web. Pero debemos seguir siendo cuidadosos, porque ya se sabe «no es oro todo lo que reluce».
En los últimos años el uso del protocolo HTTPS ha ido imponiéndose, especialmente desde que los navegadores hayan apostado por informar de si nuestra página cuenta o no con un certificado seguro.
Los buscadores también priorizan las páginas seguras, así que los dueños de páginas web tienen cada vez más necesidad de incorporar un certificado seguro a sus páginas para evitar la fuga de visitantes.
Con todo, podríamos pensar que vivimos en una «edad dorada» de la seguridad cuando, felices (aunque ignorantes) vemos en nuestro navegador que la página aparece marcada con un candado indicando que la web es segura.
No bajar la guardia aunque veamos una página https
Pues bien, no podemos bajar la guardia. Da igual que nuestro navegador indique que la página es segura. Eso solo hace referencia a que la web en cuestión tiene contratado un certificado seguro. Pero los cibercriminales también lo saben y no les importa mucho invertir en adquirir un certificado para sus acciones. Conocedores de que los usuarios podrían despistarse precisamente por esa circunstancia.
Y es que llevan años diciéndonos, que debemos comprobar que una página este marcada en el navegador como segura, pero como decimos eso solo garantiza que la comunicación entre el servidor de esa web y nuestro ordenador va cifrada, no que lo que haya en su interior sea efectivamente seguro.
Informes revelan que la mayor parte de ataques proceden de páginas seguras
Así lo revelan desde Watchguard asegurando que según los datos de lo que va de año 2020, el 67% del malware y el 72% de los ataques usarían páginas cifradas.
Por tanto, lo dicho… no bajéis la guardia y seguir atentos a cualquier señal que pueda hacer sospechar de que algo extraño sucede. Y ante cualquier duda, ya sabéis consultar a vuestro informático de cabecera en asuntos de seguridad para garantizar que está todo en orden.