Ya viene gestándose desde hace tiempo, pero Microsoft está envuelto en un proceso de reestructuración para intentar adaptarse a los nuevos tiempos y que ha tenido su cara visible en Windows 8. Ya desde el año pasado Ballmer escribió una carta a los accionistas donde decía «esto es realmente una nueva era para nuestra compañía», carta donde se hablaba de que Microsoft se centraría cada vez más en dispositivos y servicios.
Así pues, parece que lentamente Microsoft se despegaría del que ha sido su negocio en este proceso de reestructuración. ¿Pero dejará el gigante del software de fabricar software? ¿Acaso Windows y Office, que tanto éxito y beneficios les han proporcionados están destinados a desaparecer? Más bien, no, realmente la cuestión sería que Microsoft estaría cambiando del modelo de Software tradicional a un modelo de Software como servicio, y Windows y Office tendrían que adaptarse a este nuevo sistema.
En el tema de los dispositivos, Microsoft ya ha hecho su primera muestra con el Surface y su Xbox One y todo eso no hace sino pensar en que ese puede ser la punta del iceberg y que podrían llegar más dispositivos en un futuro, quizás más próximo de lo que podría pensarse. Lentamente Microsoft va asemejando su modelo al de su eterna rival Apple, sin duda en un claro proceso de adaptación al entorno actual, donde la compañía de la Manzana se está demostrando algo más segura que los de Redmon.