Hace ya algún tiempo que Apple realizase la última subida de precios de las Apps de la App Store. Este último cambio realizado a finales de Junio llevó a que se equipararán los rangos de precios a uno y otro lado del Atlántico. Así pues los precios quedaron establecidos en 0,99, 1,99, 2,99, 3,99 o 4,99 euros. En un año se han encarecido 20 céntimos.
En esta estrategia se sigue manteniendo el precio básico, por debajo del psicológico «euro», y es que para muchos el éxito de la AppStore radica precisamente en esas apps baratas, las que antes costaban 0,79€ y ahora cuestan un euro (bueno, siendo muy puritanos, casi un euro que falta un céntimo). Ahora bien, se está ante el umbral de superar esa cifra «mágica» y «psicológica» del euro, lo cual puede suponer un momento duro para los usuarios y que podría repercutir de forma significativa en los resultados de las cuentas. De hecho, todos los rangos actuales de precio se sitúan en el límite «psicológico» de forma que cualquier nueva variación en los precios supondrá un reto de cara a las ventas.
En todo esto, es la palabra de Apple la única que cuenta, pero que piensan los desarrolladores. Si bien, una subida de precios puede redundar de forma positiva en las cuentas de los desarrolladores, también hay que barajar la posibilidad de que esas subidas de precios reduzcan las ventas. Por supuesto, Apple es la primera interesada en que las cuentas no se vean resentidas, así que los desarrolladores no deberían estar muy preocupados. Quizás aquí, los que menos gusten de estos cambios de precios sean los usuarios, aunque seguimos hablando de unos precios muy competitivos en la mayoría de las Apps.