Curioso titular dado el historial de desencuentros entre ambas compañías, pero la realidad del mercado es la que manda y es la que, a pesar de diferencias, acaba por unir a estas dos compañías.
Y es que Samsung será la responsable principal de la producción del chip del próximo modelo de iPhone así como de algunas de las pantallas que se incorporarán en algunos de sus productos. De esta forma Apple se beneficiará de la capacidad tecnológica de Samsung que le ha permitido adelantarse a otros muchos fabricantes al lograr reducir el proceso de fabricación más que la competencia (lo cual redunda en mejoras de temperatura y consumo de batería). Samsung por su parte, se garantizará una importante fuente de pedidos, que a buen seguro le reportarán una buena suma a sus cuentas.
Evidentemente, esto supondrá que haya algunos damnificados y entre los analistas ya han surgido nombres como son TSMC o Sandisk. Lo cierto es que contar con Apple como cliente en los tiempos que corren es un dulce que gusta a todos, pero no todos pueden tenerlo.