Tras la irrupción de smartphones y tablets, nos hemos encontrado ante una situación extraña, donde por un lado hemos ganado en movilidad disponiendo de acceso a nuestra información prácticamente en cualquier parte, pero por otro, nos encontramos ante las limitaciones de los dispositivos móviles para continuar utilizando toda esa información que trasladamos con nosotros.
Pues bien, podría ser que los días de esta situación estén contados, o al menos eso es lo que se pretende. Ubuntu Phone fue la primera propuesta de convergencia realmente seria, pero su excasa difusión de momento ha limitado su impacto. Sin embargo, ahora viene Microsoft con una propuesta realmente interesante con su nuevo Windows 10.
La intención de los de Redmon es que los teléfonos gobernados con el nuevo Windows 10, puedan conectarse con una pantalla, un teclado y un ratón y convertirse de inmediato en un ordenador convencional (o todo lo convencional que pueda ser). Así pues, conectando a través del mini usb la pantalla y mediante Bluetooth el teclado y ratón, tendremos acceso a una interfaz de trabajo propia de un ordenador de escritorio pero empleando únicamente nuestro teléfono.
Podéis imaginar a empleados de oficina, que simplemente llegan a su puesto, conectan el teléfono y empiezan a trabajar. Y luego si van a otro puesto, o se marchan a casa, simplemente tienen que repetir el mismo proceso. Es decir, que llevarán su ordenador en el bolsillo (evidentemente cuestiones de seguridad de la información ya es otro tema).
Consecuencias para el cloud computing
De esta forma, ahorraremos el tener que usar plataformas en la nube para sincronizar archivos entre nuestros smartphones y ordenadores, porque ya no será necesario cambiar de uno a otro para realizar el trabajo. ¿Puede esto ir en detrimento, por tanto, del cloud computing?
Sin lugar a dudas no. La nube, si bien muchas personas, la usan como hemos comentado para sincronizar archivos entre diferentes dispositivos y así poder continuar realizando su trabajo en uno u otro indistintamente, sirve para muchas más cosas.
Como bien decíamos, ahora un empleado de una oficina podría llevar en su bolsillo el ordenador de trabajo. Evidentemente la seguridad de la información almacenada es prioritaria, así pues la nube puede ser la barrera ideal, ya que con limitar el acceso a dicho dispositivo estaremos controlando el acceso a los datos (ideal por ejemplo en caso que el usuario deje de trabajar para la empresa, evitando así que pueda acceder a datos críticos).
La convergencia está a la vuelta de la esquina
Windows 10 es lo que nos promete, y parece que hay rumores que otros contendientes podrían estar trabajando en este mismo sentido, así pues, probablemente en los próximos meses podamos ver si de verdad este sistema logra abrirse hueco. Sin duda, ahorrarse el trasladar un portátil puede ser más que bienvenido para muchos usuarios…