Con la movilidad de los dispositivos en auge, uno de los elementos que se vuelve clave es el de las baterías y su rendimiento. Así pues los fabricantes, trabajan en este sentido, para ofrecer cada vez mayores autonomías y al mismo tiempo reducir los tiempos de carga de estas baterías. ¿Pero es esto lo ideal para la vida útil de las baterías?
Desde hace un tiempo que prácticamente todos los nuevos smartphones incorporan la función de carga rápida como un gran aliciente en este terreno. Pero ahora se levantan ciertas suspicacias sobre esta función de la que tanto se alardea, porque según un estudio podría perjudicar la vida útil de las baterías.
No vamos a entrar en mucho detalle sobre el estudio del cual podéis ver que se habla aquí, pero lo que parece es que quizás no sea todo siempre tan brillante como nos lo venden. Vivimos en un mundo frenético, donde ahorrar unos minutos a diario es casi como una gran victoria en el campo de batalla, y los fabricantes han enarbolado esas funciones de carga rápida como un caballo ganador. Pero quizás ahora se ve el lado oscuro de esa nueva función.
Resulta curioso que hace años, se nos invitaba a cargar durante horas los dispositivos, para ahora asegurar que las cargas largas perjudican la vida útil de las mismas. A esto, ahora le sumamos, que la función que permite la carga rápida, y que nos había hecho pasar de tener que esperar 6 horas para completar el 100% de una carga a unas escuetas 3 horas, es ahora también perjudicial para la vida de nuestra batería.
Lo malo es que en el primer caso podemos actuar nosotros directamente, controlando el tiempo que ponemos a cargar nuestro dispositivo. En el segundo, no siempre podemos actuar ya que no todos los dispositivos permiten activar o desactivar esta funcionalidad. Además, cada fabricante emplea un sistema de carga rápido propio, por lo que tampoco hay una regla universal a estos, ya que dependerá del tipo de terminar la forma en que se realizará este proceso.
Como siempre, somos los usuarios los que nos tenemos que enfrentar al dilema y también a las posibles conscuencias de que estas tecnologías puedan ir detrimento de los dispositivos que utilizamos a diario.