En las últimas semanas ha llegado a muchos medios (y por tanto al público general) algo que venía sucediendo entre bambalinas desde hace algún tiempo: Kaspersky podría estar bajo sospecha y algunos gobiernos están trabajando para prohibir su utilización. Pero ¿que hay que sacar en claro de todo esto?Por supuesto no vamos a entrar a valorar si las afirmaciones que se han vertido sobre Kaspersky son ciertas o no, pero nos gustaría hablar de como un caso como este pone una vez más sobre la mesa lo relativa que es hoy en día la seguridad a nivel tecnológico.
Y es que desde el verano organizaciones de seguridad de Estados Unidos han venido defendiendo la postura de que la reconocida compañía de seguridad podría estar actuando como espia al servicio del gobierno ruso. Y en el clima actual donde Rusia está siempre en tela de juicio por supuestos ataques desde su territorio (las injerencias en las elecciones son solo uno más de los muchos casos en que se acusa a hackers en territorio ruso), hace que sea fácil que uno se decante por pensar en favor de esa teoría.
Pero lo que tenemos sobre la mesa es que supuestamente sería un software de seguridad el utilizado para el citado espionaje. Paradójico que un software destinado a garantizar nuestra seguridad se vea implicado en algo así ¿no os parece? Y claro está, la desconfianza se puede apoderar de los usuarios aun a pesar de que historicamente Kaspersky ha sido uno de los desarrolladores de soluciones de seguridad más reconocidas.
También hay voces que dicen que esto no es más que una campaña de descrédito, una consecuencia más de los constantes enfrentamientos cruzados entre países. La propia compañía abrió en octubre un programa de transparencia con el cual buscaba demostrar que no estaba detrás de tales actuaciones pero quizás algo así no baste para hacer que algunos gobiernos den marcha atrás en sus planes de retirar de administraciones los programas de seguridad de la firma Kaspersky o que los usuarios particulares se vean también tentados a desinstalar de sus dispositivos sus licencias.
Lo que si está claro es que con este caso se abre una cicatriz que será posiblemente difícil de cerrar, porque al igual que Kaspersky es acusada de espiar para el gobierno ruso, quien se fía ahora que otras compañías de seguridad no actuan igual en otros sentidos. Porque ¿quién se fía ahora de que los programas que deberían protegernos nos protegen sin realizar acciones en segundo plano que no esperamos de ellos? Pero la realidad es que podríamos ir más allá, porque no lo olvidéis vuestro sistema operativo o el navegador que utilizais para conectaros también recopila mucha información ¿Y que hacen con toda esa información? Una vez que tecleamos algo en nuestro portátil, ordenador, tablet o smartphone está seguramente siendo registrado en algún servidor y si bien muchas compañías hablan siempre de su esfuerzo por garantizar la seguridad de los datos ¿como creerlas ahora que vemos como un software de seguridad podría estar en entredicho?
Y si vamos un poco más allá y lo pensamos aún más… ¿que hay de esos asistentes que están todo el tiempo escuchando lo que decimos? Si si, ese teléfono que tenéis en vuestro bolsillo también puede estar recogiendo datos… la cuestión es ¿que hacen con toda esa información? y ¿quién la ve realmente?