El smartphone es el ejemplo más evidente del frenético mundo tecnológico. Constantes cambios de modelos, actualizaciones de software frenéticas. Un no parar en todos los aspectos.
Todo el mundo quiere el último modelo de smartphone. Quiere el más potente y el más actualizado. Una vez que lo tienen, pasan apenas unos pocos meses, y descubren que ya hay nuevos modelos, nuevas versiones del sistema operativo… y allí están con su smartphone «anticuado» con su sistema operativo «sin actualizar».
¿Os suena? Así parece el mundo que gira en torno a los smartphones, en frenética carrera por seguir los cambios. Apple y sus iPhone son un objeto de deseo para muchos, y cada vez que llega el modelo nuevo todos están pensando que el suyo actual ya no es lo que era (como nos tienen engañados). Pero a eso le sumamos que Apple si, apple actualiza todo sus dispositivos con cierta frecuencia, solo que quizás es ahí donde empieza a llegar la lentitud… con lo cual, que dilema ¿no actualizo para que mi iPhone funcione mejor pero igual me pierdo alguna novedad? o ¿actualizo y espero que no vaya tan lento?
Por su parte el ecosistema Android es otro mundo. Aquí, el tema de las actualizaciones es algo que sigue ocasionando más quebraderos de cabeza. No todo el mundo puede disfrutar con la misma rapidez de las actualizaciones del sistema operativo porque además de la labor de Google por actualizar Android, está la parte que corresponde a los fabricantes de los teléfonos para hacer llegar las actualizaciones.
Pero Google ha decidido seguir la filosofía de «divide y venceras» para mejorar un poco más en el terreno de las actualizaciones. Así pués, las actualizaciones se van a dividir en dos partes: las de framework y las de fabricante. Las primeras, son las que solo afectan a la base de Android, mientras que las segundas son las que afectan a la parte física. Y es que con esta medida, Google pretende conseguir que sus actualizaciones de seguridad (las del Framework) puedan llegar con más velocidad, sin tener que esperar a que los fabricantes tengan su parte hecha. El resultado que se espera, es que las actualizaciones de Google lleguen mucho más rápido.
Y para terminar, decir una cosa. Si bien el sistema de actualizaciones OTA (Over The Air) funciona mucho mejor que antes, si ves que una actualización parece no llegar nunca, puedes probar también a actualizar tu smartphone conectándolo al ordenador y utilizando el software del fabricante. A veces esto sirve para descargar la actualización, que mediante el sistema OTA no llegaba.