Apple siempre ha sido una marca que se caracteriza por ser muy cerrada, muy celosa de todo lo que hace y eso le ha llevado a diseñar y desarrollar productos cuyo desmontaje es cuanto menos «complicado». Ahora parece que no es solo Apple la que actua de esta forma, desde el portal iFixIt, donde revisan la gran mayoría de dispositivos que llegan al mercado informático, han catalogado como más complicado de reparar el Surface Pro de Microsoft. Así pues parece que no es solo Apple la que parece optar por este tipo de diseños «casi herméticos».
¿Esto que implica? Pues bien, que la posibilidad de que un tercero actue sobre uno de estos dispositivos se reduzca sobremanera. Así pues los usuarios nos vemos limitados a recurrir al fabricante original para una posible reparación. ¿Es que empresas como Apple o Microsoft no quieren que otros toquen sus equipos? ¿Porqué no facilitar el servicio de reparación de estos dispositivos? En absoluto, solo hay que contactar con ellos y gentilmente nos ofrecerán un servicio de reparación, pero ahora bien ¿a que coste? Sin lugar a dudas, al ser «virtualmente» los únicos capacitados para dicha reparación, tienen un mayor control sobre el precio que se puede solicitar por las reparaciones, así pues, nos encontramos con que ciertas reparaciones de estos dispositivos pueden alcanzar unos costes tan desorbitados, que más bien parece mucho más seguro comprar un nuevo dispositivo que reparar el actual. ¿Es esto una muestra más de la llamada «obsolescencia programada»?