A estas alturas muchos ya seréis conscientes seguramente de como en un ordenador con Windows, Mac o Linux, cuando estamos trabajando con ellos, no solo están ejecutándose las aplicaciones que nosotros iniciamos. Más allá de esas aplicaciones que abrimos nosotros directamente (vease un navegador, un procesador de textos, la calculadora o un juego) el ordenador está ejecutando múltiples aplicaciones en segundo plano que se ejecutan de forma «invisible».
Servicios propios del ordenador (como puede ser la comprobación de actualizaciones) o de las aplicaciones (por ejemplo el gestor de audio de nuestra tarjeta de sonido) están ahí funcionando en espera de algún posible evento para realizar su función y hacernos la vida más sencilla. Así pues cuando uno empieza a notar que su ordenador va lento tanto cuando tiene varias aplicaciones como cuando no se está ejecutando ninguna aplicación sabe que hay mucho más en la trastienda que está ejecutándose y podría estar ralentizando el ordenador (y sino ya lo sabéis).
Pues bien, nuestros teléfonos aunque pueden parecer menos propensos a que tengan aplicaciones ejecutándose en segundo plano también sufren de esta situación. Seguramente muchos usuarios no sean conscientes puesto que en sus pantallas no ven iconos en una barra de estado como puede suceder en un ordenador y porque en cada momento solo pueden tener una cosa en la pantalla de su teléfono (algunos dispositivos permiten mostrar más de una app, pero son los menos), pero ahí están consumiendo los recursos de nuestro dispositivo.
¿O sea que aunque doy al botón Home el WhatsApp o la cámara siguen funcionando? Pues aunque la interfaz de un teléfono haga parecer que al volver a la primera pantalla de nuestro teléfono esté todo como al principio, la realidad es que por defecto las apps siguen cargadas en memoria y solo si las cerramos dejarán de ocupar espacio en la preciada RAM de los teléfonos y consumir recursos de nuestro procesador. Los de gama más baja pueden llegar incluso a verse bastante perjudicados después de abrir unas pocas apps tras haber consumido toda la memoria RAM.
Tanto Android, como iOs o Windows Phone ofrecen opciones para cerrar esas apps que están cargadas en memoria e incluso evitar que se sigan ejecutando en segundo plano. Porque no lo olvidéis, para que WhatsApp pueda informaros que habéis recibido un mensaje es porque se está ejecutando de alguna forma, sino sería imposible. Por supuesto, esto nos lleva a la lógica y evidente pregunta ¿que debemos cerrar y que no? Por supuesto cada caso y cada usuario son un mundo, así que no hay una regla más que la que la propia lógica da. Si algo no lo usas, puedes cerrarlo. Son pocos los casos en que el cierre de una aplicación móvil puede suponer un efecto negativo en el resto de apps, así que tampoco tenéis mucho de que preocuparos.
Y ¿que ventajas me aportará? Pues como decíamos, si nos encargamos de controlar un poco que se ejecuta en nuestro teléfono podremos hacer que este funcione algo más rápido, y quizás lo más importante de todo, alargar la batería de nuestro dispositivo móvil. Así pues, deberéis ser vosotros los que valoréis a que aplicaciones podéis renunciar y quizás con eso logréis hacer que ese bien tan preciado como es la batería dure un poco más.