Este hecho queda revelado en un estudio realizado por la industria musical en Suecia, el cual revela esta circunstancia. En el informe se puede ver como a medida que Spotify se hacía más habitual para los usuarios, la descarga de música ilegal se iba reduciendo, llegando a reducirse en un 25% desde el año 2009. En este se revela además, que el 40% de los usuarios emplearían algún servicio de música en streaming, mientras que aproximadamente el 23% seguirían descargando la música de forma ilegal. Por su parte, los servicios de descarga de música legal son empleados por menos del 10%, de forma que se revela que los servicios de streaming se han consolidado como una verdadera alternativa para el consumo de esta. Lo que también refleja este informe, es que no obstante el nuevo modelo que se impone es también muy delicado, y movimientos como el recientemente realizado por Spotify con nuevas limitaciones en las cuentas de los usuarios no-premium, pueden ocasionar un importante cambio en el uso (de hecho, se revela que solo un 15% de los usuarios decidieron migrar a cuentas de pago, frente a un 31% que indicaron que cambiarían a otro servicio o incluso volverían a sistemas de descargas ilegales).