Hace unos días, Apple revelaba que iOs8 habría logrado alcanzar en apenas 5 días un 46% de adopción. Es decir que casi la mitad de usuarios de iOs habían decidido actualizarse a la última versión casi nada más salir esta a la calle. Eso deja a un 49% de los usuarios con iOs7 y solo un 5% con una versión previa. Y es de esperar que en no mucho tiempo esta cifra vaya aproximándose a cifras en torno al 80-90%.
Por otra parte, Microsoft no hace sino encontrarse en problemas para lograr que sus usuarios, en este caso de equipos de escritorios tradicionales (portátiles y sobremesa principalmente), se actualicen a la última versión de Windows. Y es que Windows 8 (o Windows 8.1) no logran todavía desbancar ni siquiera al longevo Windows XP en cuanto a cuota de usuarios, situándose la de XP cerca al 24% y la de Windows 8 en el 14% aproximadamente.
¿Y cual es la causa de esta gran diferencia en la adopción de nuevas versiones? (Y no, esta vez no hablaremos de Android y sus problemas de fragmentación que dependen más de los fabricantes y su voluntad de actualizar que de otra cosa? En el caso Apple, Microsoft, parece bastante claro que la diferencia radica en la visión que tienen los usuarios de los «nuevos» sistemas operativos que les ofrecen.
En el caso de Apple, estos son muy esperados y todos quieren tenerlo cuanto antes, mientras que en el caso de Microsoft, todos parecen pensar: «más vale malo conocido que bueno por conocer». Apple parece ofrecer con cada revisión nuevas funciones que harán las delicias de los usuarios, mientras que Microsoft no parece encontrar el rumbo y decide quitar funciones muy necesarias para los usuarios (como por ejemplo sucedió con el botón de inicio).
Microsoft ha optado por ir tratando de «forzar» a los usuarios a esas actualizaciones. Primero dió carpetazo al soporte para Windows XP, Windows Vista le siguió bastante de cerca dado su gran fracaso. Windows 7, que ha logrado una aceptable adopción y una buena opinión por parte de los usuarios, tiene sus días contados con la intención de que los usuarios se actualicen a Windows 8 (o quizás ya al cercano Windows 9). Así pues a partir del 31 de este octubre, los fabricantes OEMs ya no recibirán nada más que copias de Windows 7 Professional (que durará algún tiempo más), con lo cual cuando se acabe el stock de las versiones Basic, Home Premium o Ultimate dejaremos de ver Windows 7 preinstalado en equipos (si bien cada vez son menos los fabricantes que lo hacen). Y el soporte de Windows 7 también está próximo a terminar, la fecha, el 21 de Enero de 2015, quedando solo disponible el soporte extendido hasta 2020 (es decir lo que se corresponde a actualizaciones de seguridad).
Apple, de momento lo tiene fácil, seguir haciendo lo que viene haciendo le permitirá seguir atrayendo el interés de los usuarios, pero Microsoft necesita hacer un giro a su estrategia, Windows 9 necesita cambiar esa percepción, o seguirán viendose obligado a que los usuarios se actualicen «en contra de su voluntad» a las nuevas versiones de Windows.