En Internet hay veces en que los problemas técnicos o ataques hacen que un servicio no esté disponible para los usuarios. Por supuesto, hay medios para evitar esas caídas, pero no son fiables al 100%. Las grandes compañías, son por un lado el objetivo más suculento para los posibles ataques, pero al mismo tiempo, también son seguramente las más seguras por la gran cantidad de expertos y medios destinados a mantener la seguridad a raya. Sin embargo, los grandes no son ajenos a este tipo de problemas, tal y como ha demostrado la reciente caída a nivel mundial que sufrió Facebook.
El pánico se desató cuando el servicio, del cual hacen uso 1.000 millones de usuarios, estuvo inaccesible durante aproximadamente media hora. Y si bien, no fue una cantidad de tiempo excesiva, si pensamos en el tamaño de Facebook, media hora supone sin lugar a dudas grandes pérdidas económicas para todos aquellos que tratan de aprovechar la plataforma de la red social para la difusión de sus contenidos y productos.
Por supuesto, queda patente como la capacidad de reacción de un servicio de este tamaño es muy grande, y un incidente que para otras plataformas podría suponer un mayor tiempo para responder al mismo, en este caso se ve solventado con cierta rapidez. Eso si, como en la vida real, cuando tanta gente depende de un servicio, el revuelo que suscita una caída del mismo es mucho mayor.