Apple nos tiene acostumbrados a seguir su propio camino sin preocuparse en exceso de lo que el resto de gente haga. Tienen unas ideas muy claras de como deben funcionar las cosas y de ahí que decidan mantener su ecosistema tan cerrado como les es posible. A nivel de hardware, siempre han mantenido una política muy concreta ofreciendo unos productos muy especializados y normalmente tratando de dar pocas opciones de manipulación. ¿Quién no sabe de su manía por usar tornillos con cabezas especiales?
Y un ejemplo más de su política, lo tenemos con la llegada de los últimos modelos de iMac (su opción como ordenador de sobremesa), donde nos encontramos que si bien han optado por reducir el precio de entrada con un nuevo modelo de 21,5″ nos encontramos con una pequeña (pero también notable) pega. Y es que Apple ha decidido que la memoria RAM de este modelo, que son 8GB los que vienen instalados, venga soldada en la placa base y sin posibilidad de ampliación. También estamos hablando de un equipo que cuenta con un procesador, tarjeta gráfica o disco duro de menores prestaciones que sus hermanos mayores, pero el hecho de que la memoria venga soldada, hace que algo que siempre se considera como modificable en un ordenador, sea ahora intocable, algo más propio de un dispositivo como un iPad.
A muchos usuarios, es posible que esto no les importe en exceso, y solo se preocupen de que el funcionamiento del equipo sea el óptimo, pero también podría espantar a algún que otro usuario, que pensando en optar por un modelo más económico con vistas a ampliarlo a largo plazo, ahora no puede contar con esa opción.