Los recientes atentados producidos en Francia han conmocionado al mundo. Pero no solo eso, sino que han vuelto a sacudir un tema que siempre ha sido espinoso, el de las comunicaciones cifradas. Y es que tras estos sucesos, en Reino Unido ha surgido la voz del primer ministro David Cameron asegurando que hechos como estos respaldan el hecho de prohibir determinados servicios de comunicaciones en el país.
Y en los planes, estaría el prohibir servicios que hacen uso de comunicaciones cifradas y a los cuales los servicios de seguridad del gobierno no tendrían acceso. Esto incluiría populares servicios como son WhatsApp, Snapchat (servicio que de hecho, un tiempo después elimina los mensajes por completo) o iMessage, que cifran sus mensajes y las claves de cifrado no son accesibles.
Está claro, que estos servicios podrían ser explotados malintencionadamente por quienes quieran llevar a cabo actividades fuera de la ley, ahora bien, y ¿que pasa con el resto de usuarios? Porque no olvidemos que si las comunicaciones no estuviesen cifradas, cualquier conversación podría ser accesible por cualquiera, con lo cual se pondría en jaque la «privacidad» en estos servicios.
Lo cierto es que es un dilema complicado que viene dandose desde hace mucho tiempo, y que en momentos como los acaecidos recientemente en Francia son aprovechados por los gobiernos para respaldar sus teorias de la necesidad de poder controlar dichos servicios de comunicaciones. La cuestión, es como avanzar: perder privacidad a costa de poder controlar mejor actividades ilegales, o no tener control sobre estas últimas ganando privacidad de la gente común.