Google y sus múltiples servicios son una realidad necesaria apra muchos de nosotros. Partiendo de aquel buscador, Google (bueno ahora Alphabet) ha ido desarrollándose hacia un gigante que está presente en muchos ámbitos y todo ello sirviendo principalmente no como generador de contenidos sino de «conductor» hacia ellos. Y quizás en un paso más allá, somos ahora todos y cada uno de nosotros unos involuntarios trabajadores.
Está claro que Google ha revolucionado internet tal y como lo conocemos. Su buscador fue el principio de una nueva etapa en el mundo online. Google permitía acercar los contenidos a los usuarios de una forma totalmente nueva. Y años después, el que comenzase como gigante de las busquedas, ha ido extendiendo sus tentáculos a muchas más áreas, ofreciendo servicios que se han convertido en referentes y también en herramientas de uso diario (especialmente gracias a Android y la proliferación de los dispositivos móviles).
Pese a su gran labor, siempre ha existido un punto oscuro y de queja por ciertos sectores. Y es el hecho de aquellos que consideran que Google realmente no hace sino aprovecharse del trabajo de otros (algo muy reclamado por los medios de prensa, en queja por el servicio de noticias de Google).
Google ofrece el acceso a través de su herramienta a unos contenidos que crean otros, y a cambio Google ingresa generosas sumas en base a una publicidad en su buscador o incluso en esas páginas a las que nos lleva (con lo cual podríamos decir que Google siempre gana). Una estrategia muy rentable, que no solo aplica en el buscador, sino que la extiende a casi cualquier servicio.
Porque si, pongamos otro ejemplo de uno de los servicios que casi sin darnos cuenta usamos muy a menudo: Google Maps. A través de este servicio y su vinculación con los dispositivos Android, Google puede recopilar gracias a todos nosotros un montón de información. Nuevamente tiene a otros creando los contenidos (en este caso los datos) y ellos solo se tienen que encargar de darles forma (tarea nada desdeñable, no seamos del todo injustos). Así pues Google puede saber información del tráfico gracias a todos esos datos que enviamos, puede saber la afluencia de locales gracias a nuestros teléfonos, … y podríamos seguir con un largo etcetera.
Pero Google no se conforma con recpilar de forma silenciosa datos. Últimamente va un paso más allá. Son frecuentes sus notificaciones para que demos valoraciones de los locales que hemos visitado, seguro que alguna vez os ha llegado una de esas (si queréis evitar que os pidan reseñas, aquí podéis ver como hacerlo). O incluso nos pide que respondamos a las preguntas de otros usuarios. De nuevo, Google emplea la estrategia de «canalizar» la información que otros generan… y a cambio ellos siguen engronsando sus cuentas bancarias.
Pero quizás ya lo que raya lo absurdo en esta «osada» tendencia de Google de pedir a los usuarios que hagan el trabajo para ellos (y encima de forma gratuita). Es su programa Street View Trekker. En un afan de ampliar la información de Street View a puntos que no son alcanzables con los famosos coches de Google Street View, Google ha decidido pedir a los usuarios con ganas que caminen con su aparato de captura de fotos en 360º y todo ello ¿a cambio de que? Al igual que su estrategia de los Local Guides, que lo único que busca es «animar» a los usuarios a que sigan ofreciendo más y más reseñas que alimenten sus sistemas de datos y les permitan a su vez seguir generando ingresos, con este Street View Trekker lo unico que ofrecen es la «recompensa del reconocimiento».
Cierto es que Google hace cosas muy interesantes, pero… ¿no parece que se está pasando de la raya? Por lo menos es importante reflexionar sobre ello.