Desde que llegó Windows 10, la polémica en torno a las actualizaciones forzadas ha rodeado a esta versión del sistema de los de Redmon. Pues, bien, en las próximas semanas veremos un nuevo episodio de estas actualizaciones «forzosas».
Con la actualización de Windows 10 May 2019 Update , que es la última disponible para Windows 10 hasta el momento, Microsoft por fin ofrece un mayor control sobre el tema de las actualizaciones automáticas.
Porque no, no nos va a dejar bloquear de forma automática las actualizaciones, sino que nos facilitará postponerlas… aunque no «sinedie». Así en esta nueva actualización, hasta los usuarios de la versión Home tendrán la opción de postponer al menos un tiempo las actualizaciones (quizás siete días se nos queden escasos, pero al menos ya está ahí la opción).
Microsoft argumenta la seguridad del sistema como prioridad para obligar a estas actualizaciones. Y también hay otro criterio… el fin del soporte de las distintas versiones del sistema. Así pues nos encontramos, con que todos aquellos usuarios que dispongan en sus ordenadores de la versión Windows 10 April 2018 Update (es decir Windows ver 1803). En las últimas actualizaciones liberadas por Microsoft hay una en concreto que explica como los equipos con esta versión de Windows se verán obligados a actualizar y que dicha actualización se hará a finales de junio de 2019 para asegurar la seguridad de los dispositivos. Concretamente aquí podéis ver el parrafo donde lo explican:
The Windows 10 April 2018 Update will reach end of service on November 12, 2019 for Home and Pro editions. We will begin updating devices running the April 2018 Update and earlier versions of Windows 10 in late June 2019 to help ensure that we keep these devices in a serviced, secure state.
Como se puede ver, el soporte de Windows 10 April 2018 Update finalizaría en noviembre de este año, pero Microsoft ha decidido adelantarse. Así pues, un año después de que saliese esta versión de Windows 10, todos los equipos se verán obligados a actualizar a la nueva versión.
Está claro que con eso se esta favoreciendo la seguridad, pero habría que considerar también si ese constante proceso de actualización puede ir en detrimento por ejemplo del rendimiento de los equipos, o incluso si podría generar conflictos de compatibilidad con el hardware o el software… La gente está concienciada que actualizarse puede servir para garantizar la seguridad, pero ¿y de los posibles efectos colaterales?