En la actualidad, el mundo tecnológico sigue su frenético devenir y cada día se comparte una cantidad de información cada vez mayor. En todo ese intercambio de datos que la red posibilita, hemos cobrado consciencia de la necesidad de ser cautos. Así pues el término privacidad no es algo desconocido ya para los usuarios. Todos saben cuan importante es preservar la privacidad de su información (bueno, casi todos).
Las autoridades han realizado adaptaciones de las normativas para poder adaptarse a este mundo cambiante y para «en teoría» proteger esa privacidad de los datos de los usuarios. Por su parte, la gran mayoría de servicios también ha adaptado sus sistemas para garantizar que los usuarios son capaces de tener bajo control la privacidad de sus datos. Así pues estamos en un mundo donde contamos con un mayor control de la privacidad (aunque a muchos dejen las configuraciones por defecto y a fin de cuentas estén en el mismo punto que estaban antes).
Pero no olvidemos otro factor importante en la red de redes: la publicidad. La publicidad es la que mueve millones y no solo eso, la que facilita que muchos servicios se ofrezcan de forma gratuita. Y el principal enemigo de la publicidad es la privacidad, así pues, tenemos el círculo vicioso dispuesto ante nosotros.
Publicidad vs Privacidad
Como comentábamos, la publicidad es la que facilita el desarrollo de muchos de los servicios que hoy en día disfrutamos en internet y sin los cuales seguramente no entenderíamos igual la red. Así pues, ya pocos se sorprenden al ver los anuncios que preceden a un vídeo en Youtube o nadie se plantea la posibilidad de que Spotify eliminase su servicio gratuito por no poder financiarlo en parte con publicidad.
Pero al mismo tiempo, a los usuarios les gusta poder proteger su privacidad y encima las leyes están de su parte. Pero si no se comparten datos de los usuarios como el tipo de navegador, sistema operativo, ubicación… la publicidad online pierde su principal gancho: la segmentación.
Y sin la publicidad estaríamos ante un nuevo panorama en el mundo online. ¿Alguien se imagina como podrían generar esos ingresos necesarios servicios como Youtube, Facebook, Hotmail? Ahora son gratuitos y los ingresos por publicidad son los responsables de que así sea, pero si desapareciese esa fuente de ingresos ¿como reaccionarían las empresas responsables? ¿Quién es el que convierte en servicio de pago algo que se lleva disfrutando tantos años de forma gratuita?
Las operadoras, ¿adalid de la privacidad?
En medio de este panorama tenemos a otros intervinientes muy importantes: las operadoras de telecomunicaciones. Ellas son las que nos ofrecen las vías que permiten acceder a los servicios y al mismo tiempo las que se encargan de ser carretera para la publicidad que nos llega.
Estas que han puesto sobre la mesa el fin de la neutralidad de la red se pretenden erigir ahora como adalid de la privacidad frente a los grandes de internet. Así se desprenden de las declaraciones del nuevo presidente de Telefónica y de algunas declaraciones también de fuentes de Vodafone, que pretenden convertirse en intermediarios de nuestros datos.
Así pues la idea en rasgos generales sería que la operadora actuase como intermediaria entre nosotros e internet no solo como canal de comunicacion sino para decidir que compartimos o que no. Así pues sería la operadora la que nos permitiría a los usuarios controlar esa información que compartimos.
¿Realmente necesitamos que las operadoras controlen la privacidad?
Seguro que hay quienes se preguntan ¿para que necesitamos un intermediario si ya tenemos las herramientas para controlar la privacidad? Aquí habrá quienes crean que siempre viene bien otro punto más de control de la información y otros podrían pensar que no es lo más indicado dejar la privacidad de sus datos en quienes han puesto en jaque la neutralidad de la red.
Sin duda se trata de un frente más del conflicto que estas mantienen con los grandes del mundo online, en la que las operadoras pretenden dar un paso adelante con esta medida. Los usuarios asistiremos a este choque de titanes, que esperemos no suponga un detrimento de la red tal y como la conocemos, aunque aún habrá que esperar un poco a ver como avanzan estas propuestas y ver de que lado se decanta el pulso.