Firefox supuso toda una revolución en el mercado de los navegadores. Logró, tras una eterna hegemonía de Internet Explorer hacer, que en los navegadores existiese una alternativa real al navegador preestablecido. Así pues, poco a poco Firefox logró hacerse un hueco en los ordenadores de los usuarios apoyado en un buen rendimiento, su sistema de extensiones y una seguridad que el hegemónico Internet Explorer no era capaz de ofrecer.
Los años pasaron, y apareció un nuevo navegador, Chrome, que nació con un espíritu similar al de Firefox en su momento, de ofrecer gran rendimiento, flexibilidad y seguridad. Chrome surgió en un momento en que tanto Internet Explorer como Firefox se estaban empezando a convertir en verdaderos monstruos come-recursos. En el primer caso, ya era algo habitual, pero en el caso de Firefox, para desencanto de los usuarios, el proceso de evolución del navegador no estaba siendo el más adecuado.
Así pues, con la llegada del tercer gran contendiente, muchos usuarios dejaron de lado Internet Explorer, pero también Firefox. Desde entonces, Firefox ha intentando evolucionar su navegador con más o menos éxito, pero para algunos siempre a la sombra de lo que hacia Google con Chrome.
Pues bien, puede que en 2016, las cosas cambien y este navegador resurja cual Ave Fenix de sus cenizas. ¿Y por qué? Lo cierto es que se esperan algunos cambios importantes en el navegador que son los que podrían atraer de nuevo a los usuarios, más allá de que Chrome se esté convirtiendo en un mastodonte come-recursos o que Microsoft Edge aún tenga que demostrar su valía.
Uno de los grandes cambios que podría atraer a usar nuevamente Firefox sería la posibilidad anunciada de ejecutar extensiones de otros navegadores como son Chrome, Opera y se especula que también Microsoft Edge. Hay a quienes no acaba de convencer del todo esta novedad, porque creen que el sistema de extensiones de Firefox es el mejor, pero lo cierto es que podría hacer que esos usuarios «atados» a alguna extensión puedan darle una posibilidad al navegador y quien sabe si quedarse con el. Habrá que esperar a la versión 43 para poder hacer uso de esta novedad.
Electrolysis es otra de las novedades que supondrán un importante cambio en Firefox. Este sistema anunciado ya hace varios años por la fundación Mozilla permitiría incluir tecnología de sandboxing y separar en diferentes procesos la gestión de complementos y navegación. Así pues se mejorará la seguridad y el rendimiento, aunque hay a quienes no gusta mucho porque limitará la funcionalidad de las extensiones, aunque los desarrolladores ya informaron que están estudiando alternativas que puedan ofrecer una solución más optima.
Y el último gran cambio se llamará Servo. Servo es el nuevo motor del navegador que aún está en fase de desarrollo, se encuentra escrito en el lenguaje Rust de la propia Mozilla y aspira en convertirse en el heredero de Gecko y también en el posible punto final de XUL (que ya quedará puesto en entredicho con el cambio de las extensiones).
Como podéis haber visto, Firefox tiene en el horizonte una serie de cambios de cierto calado, que bien podrían permitirle resurgir en el próximo año, habrá que ver que le depara 2016 al navegador.