Cuidado con el polvo, tu portatil lo agradecerá.

Si os enseñamos estas fotos:

seguro que os sorprendéis, pero son fotos tomadas a equipos que sufrían de un calentamiento excesivo. El polvo y la suciedad con el tiempo, tienden a acumularse en las salidas de los sistemas de refrigeración de los portátiles y eso impide que el aire caliente, que debería ser expulsado al exterior se acumule en el interior, teniendo como efecto secundario un recalentamiento adicional de todos los componentes. Cuando dicho recalentamiento supera unos límites, nuestro ordenador por seguridad podría apagarse, para evitar que el microprocesador u otros componentes puedan quemarse. Otros componentes que no tienen una supervisión de temperatura podrían empezar a funcionar incorrectamente o incluso a dañarse con los graves perjuicios que eso puede tener para nuestro portatil (no olvidéis que los portátiles debido a la escasez de espacio acostumbran a tener cuantas más cosas integradas en placa mejor, y cambiar una placa base no es algo barato). Así pues, solo podemos recomendaros, que si notáis que vuestro ordenador portatil se calienta en exceso, escucháis que el ventilador suena demasiado o incluso después de un tiempo se apaga (pudiendo ser necesario dejarlo reposar antes de poder volver a encenderlo es el momento de que se limpie el sistema de refrigeración. De esa forma, evitaréis que acabe estropeandose y quizás podréis alargar su vida útil algún tiempo más.

Cada portatil tendrá una temperatura media de trabajo, pero si está se aproxima a los 80ºC  / 90ºC estar por seguros que vuestro ordenador esta funcionando a una temperatura demasiado alta, así que no dudéis en instalar algún programa para aseguraros que la temperatura de vuestro ordenador no está disparada.