Cuando uno aborda el trabajo de crear una página web para un cliente, o quizás incluso para uno mismo, muchas veces pasa a convertirse en el webmaster o responsable de dicha página (en este artículo de wikipedia podréis saber más sobre lo que supone ser un webmaster) y no se limita a ser el simple creador de la página para luego delegar dicha labor en otra persona. Así pues, tras el largo periplo para lograr hacer que el huevo eclosione y que la web en cuestión se ponga en marcha, el trabajo no ha hecho sino empezar.
Porque no hemos de olvidarnos, que aunque a medida que las tecnologías se extienden, y con ello aumenta la cultura tecnológica de los clientes a los que les construiremos su página web, aún existe un gran desconocimiento de todo lo que conlleva una web. Gestión de los correos, backups de seguridad, posicionamiento de la web, evitar ataques a la web, corregir pequeños errores detectados. En fin, un sinfín de tareas menores, que muchas veces uno ni se plantea en el momento en que un cliente nos pide que le «creemos» la página web y que luego pueden llevar a desentendidos con nuestro cliente. Porque, ¿de que nos sirve una página muy bonita, muy accesible y muy útil si nadie la visita porque no hemos dedicado tiempo al posicionamiento? Seguramente nuestro cliente acabará por pensar que somos malos haciendo webs, cuando se trata de una tarea completamente distinta a la que inicialmente nos solicito (cuando ese sea el caso). Sin embargo si llevamos algo de tiempo en este mundo, sabremos que debemos advertir a nuestro cliente de las tareas adicionales que conlleva una página web, que si hay que crear nuevas cuentas de correo o nuevos subdominios, que si ahora me gustaría añadir la posibilidad de un segundo o tercer idioma, por supuesto tu te encargarás de la traducción, o ¿acaso no dominas el ingles?. ¿Que el cliente quiere un nuevo logo en su web? Pues para que contratar un diseñador, el webmaster lo hará que para eso se le ha pagado (en este caso muchos webmasters también tienen buenos conocimientos de diseño, pero no siempre es así o quizás no se logre algo al gusto del cliente, lo cual puede suponer un problema también).
Vamos, en resumidas cuentas, que al convertirnos en webmasters de una página web (cosa que sucede casi siempre tras crear un sitio web) deberemos estar preparados para atender muchas tareas menores, que estarán relacionadas con el sitio web. A veces estarán dentro de nuestras posibilidades, otras deberemos ser realistas con nosotros mismos y con nuestros clientes, y hacerles ver que quizás en ciertas tareas deberá contratarse un servicio adicional. Así que como webmasters al menos deberemos saber de que nos están hablando y si no podemos afrontar la tarea, al menos saber a donde dirigir a nuestro cliente.
Es más, el concepto de Webmaster con las redes sociales empieza a complicarse aún más, ahora tenemos los Community Managers…. en fin, una locura!