El futuro pasa por una cuota cada vez mayor de dispositivos tablets, y estos vienen equipados en su gran mayoría con procesadores ARM (por no decir todos, ya que se estima en un 99% de cuota). Así pues, en Microsoft han visto muy clara la necesidad de adaptar su nueva versión de Windows a estos procesadores, especialmente si quieren estar en los tablets con ciertas garantías de éxito, ya que de esta forma podrían abrirse las posibilidades de usar el nuevo sistema operativo a muchos fabricantes y no estaríamos hablando de proyectos conjuntos y puntuales con Microsoft. Esto abre interesantes y nuevas posibilidades en el futuro de los tablets… aunque aún es eso hablar del futuro.