Los Ultrabooks no hacen sino ir creciendo en popularidad y eso está modificando ligeramente el mercado, al menos el de los discos duros. Tradicionalmente los discos duros de portátiles han tenido un grosor de 8 a 10mm, sin embargo parece que los fabricantes estarían poniéndose de acuerdo para desarrollar unidades de 5mm. Eso no sería posible con los discos tradicionales, y en el caso de los discos SSD, aún tienen un precio demasiado elevado para que puedan satisfacer un mercado de masas.
Así pues, la solución podría pasar por la fabricación de discos duros híbridos, es decir, una combinación de discos SSD y discos ópticos. Esto permitiría combinar en cierto modo lo mejor de cada parte, el rendimiento mejorado gracias a la parte de memoria flash, y un precio más ajustado gracias a contar con platos convencionales para aportar capacidad a un coste menor. Seguramente este podría ser el paso intermedio, hasta que finalmente los discos SSD acaben por imponerse.