Meta recientemente hizo un amago, quizás se tratase de un primer globo sonda. Pero lo que cada vez parece más evidente es que poco a poco, la gratuidad de las redes sociales empieza a difuminarse.
Hace años nadie se imaginaría la posibilidad, pero la realidad del mundo online actual hace que cada vez sea algo más plausible. El ejemplo más evidente se podría encontrar en la prensa online. En los primeros tiempos de internet, todos los periódicos se lanzaron a internet a ofrecer sus noticias. Todo era un vergel de difusión periodística y los usuarios podíamos movernos de un lado a otro obteniendo todas las noticias de una forma realmente sencilla.
Nos acostumbramos a ello, y entonces poco a poco llegó el cambio. Al principio una mera sugerencia para suscribirse a servicios adicionales que complementaban a las noticias. Luego, empezó a limitarse el acceso a un número de noticias que solo estaban disponibles para suscriptores. Y en los tiempos actuales, ya casi cuesta encontrar una noticia que no te obligue a pasar por caja adquiriendo una suscripción.
Y quizás estemos en los albores de un cambio similar en lo que respecta a las redes sociales. Estas cada vez tienen más complicado exprimir el jugo a la publicidad online (mucha competencia, regulaciones en cuanto a privacidad que limitan su efectividad) y lógicamente los números tienen que cuadrar. La antigua Twitter, ahora X, es un ejemplo bastante claro de la creciente necesidad de mejorar la rentabilidad con cuentas de pago. Quizás en su caso una mala gestión tras el cambio de propietario haya precipitado aún más esta transición, pero parece que cada vez suenan más cantos con dicha posibilidad en otras redes sociales.
Parece bastante claro, que se optará por un modelo Freemium, donde habrá usuarios que puedan seguir accediendo de forma gratuita, mientras otros pagan a cambio de obtener algunos servicios extras. Los primeros seguirán pagando de una forma simbólica con su información privada vertida sobre dichas redes sociales, pero empezarán a ver como algunas funciones de la red social se escapan de su alcance. Seguramente, dado su gran volumen de usuarios, nunca acaben por poder convertirse únicamente al modelo de suscripción, pero sin duda, es muy probable que de aquí a un tiempo no muy lejano cada vez más hablemos de un mayor número de usuarios que estén optando por las versiones de pago. También es cierto, que la competencia existente hace que este tipo de movimientos sean más complicados, porque el pensamiento es: «si aquí me van a cobrar, me voy a esta otra donde no me cobran por esto o aquello». También es cierto, que si los modelos de pago empiezan a imponerse en las redes sociales, habrá usuarios que tengan que pensar en cuales quieren tener versión de pago y en cuales no, lo cual podría crear una interesante guerra por ofrecer mejores funciones en dichas versiones.
Por supuesto, también está la omnipresente publicidad, que cada vez vemos como ocupa una mayor parte del pastel de nuestros respectivos feeds en redes sociales. A veces incluso cuesta encontrar un contenido que no sea pura publicidad… así que los que decidan mantenerse en las versiones gratuitas, seguramente vean como su cuota de anuncios es aún un poco mayor.
Negocios, ojo avizor
Esto también debe poner en alerta a las empresas que hacen uso de las redes sociales. Porque ellas seguramente sean las primeras en ver como sus bolsillos pueden verse afectados. Quizás ya no baste con invertir en presupuestos para anuncios. Puede que todos esos pequeños negocios que ahora aprovechan las redes sociales de forma gratuita, sean los primeros en verse obligados a pagar cuotas de suscripción para seguir llegando a sus audiencias.
Las grandes empresas quizás no tengan mayor problema en destinar recursos a ello, pero ¿que pasa con los negocios más pequeños? ¿con los proyectos de emprendedores que están arrancando?
Pero, lo dicho, seguramente estemos solo ante los primeros movimientos de un posible cambio y todavía no podemos tener claro lo que nos deparará el futuro.